sábado, 12 de noviembre de 2016

ELUCUBRACIONES DE UN JUBILADO




Tan solo un par de meses de mi jubilación y aunque me lo tomé en serio, y tan apenas he parado por casa en este tiempo, la última semana si lo he hecho.

Llevamos una semana los dos juntos y muy bien, pero lo cierto es que excepto algún papeleo pendiente, casi no doy ni golpe y María José no para.

Un cierto sentimiento de “y tú qué pintas aquí” empieza a ronronear mi cabeza. Antes de que la cosa vaya a mayores, he empezado colaborar en las labores del hogar, cosas sencillas, la cama, recoger la mesa, la cocina me da miedo, todo lo que sea salir de marcar el tiempo y potencia del microondas me va muy largo, pero todo llegará.

Uno se va fijando en como lo hace la dueña e intento hacerlo igual.

Esta mañana, al tirar a la basura un tetrabrik de leche, recordé que María José le arranca el tape de plástico y pliega la caja, el tape va a una bolsa de tapes y la caja a otra bolsa de envases y aunque me parece una chorrada, considero que una semana no es tiempo suficiente para empezar a discrepar, así que sin pensarlo me pongo a la tarea.

A tirón, aquello no se suelta ni de coña. Intento meter la uña entre el cartón y el plástico, y al tirar ¡uauuu! casi me arranco la uña. Miro alrededor y no me ha visto, menos mal, una risita de la dueña hubiese sido demasiado para mi orgullo macho-ibérico. Cojo un cuchillo y al final consigo soltar el puto tape.

Mal empiezo, si para tirar a la basura una caja de leche, ha pasado todo esto, no quiero pensar cuando pase la fregona por la casa.

Lejos de olvidarlo “y ya está”, uno piensa…. ¿para qué coño le habrán puesto el tape? Hace 10 años, los tetra no tenían tape de plástico, y la leche incluso se vertía mejor, se cortaba una de las puntas, mucho más sencillo que arrancar el tape, y la leche salía sin borbotones como sucede con el tape.

Y entonces comienzan a agolparse vivencias de este montoncico de años que uno lleva por este mundo, y recuerda hace treinta años en que la leche se distribuía en bolsas, y seguro que con el plástico del tape actual había para una bolsa de leche, esta se colocaba en una jarra, se le cortaba la punta y ya está, leche a discreción. Y esta leche venía en un contenedor reutilizable hasta la saciedad, solo se eliminaba la bolsa. Y ahora cada seis cajas van en otra caja de cartón y a su vez 100 cajas de seis van en un palet, todo ello empaquetado con varias vueltas de una lámina de plástico. Y uno se pregunta ¿cómo es posible que nos culpen a los habitantes del planeta de llenarlo de mierda? ¿a alguno de vosotros le preguntaron si quería la leche en Tetra o bolsa?

Pero si retrocedo otros 10 años más, resulta que la leche la traían a casa en botella de cristal, de aquí el dicho aquel de “blanco y en botella… leche”, esta venía con un tape de aluminio, sí, como el papel aluminio de la cocina ¿os imagináis los cientos de botellas que se pueden tapar con un rollo de cocina? ¿y lo sencillo que era quitar el tape? solo apretar con el dedo, pues eso era lo único que iba a la basura. Por la mañana pasaban a traer las botellas llenas y se llevaban las vacías, lo que producía una relación humana, tan necesaria en esta sociedad, falta de contactos y afectos.

Y hablando de afectos, si retrocedo otros 10 años más, ya no sé cuántos van, finales de los 50 serían, la leche la repartía la señora Antonia, en un pequeño carro tirado por una mula, cargado de cántaras de leche, solía salir mi madre, con su lechera y echaban su charrada, era como las noticias de la radio, a esta conversación se le llamaba “coger un capazo” y ya estabas informado de todo, el crio de fulana estaba malo, el marido de la mengana ayer llego borracho a casa y ha dormido en la escalera… aquella leche había que hervirla para que no se triase (cortase) y en el puchero salía un dedo de nata, a los hermanos nos encantaba, rebanadas de pan con nata y azúcar, incluso mi madre hacía torticas de nata, y si se triaba mejor, requesón con miel, ¡qué tiempos aquellos! No debía haber ni basura, pues no había nada que tirar.

Un día, debía estar sin colegio, y salí yo con la lechera, la señora Antonia tenía mala cara y me dijo, dile a la señora Esperanza que salga un momento. A pesar de mis doce años intuí que algo muy malo estaba pasando. Mi madre salió y comenzaron a hablar, yo me puse al otro lado del carro para que no me vieran, pues por aquel entonces, un crio no debía estar en las conversaciones de mayores, la señora Antonia decía a mi madre que ya no podría venir más a traer la leche, que las autoridades habían prohibido vender la leche por las casas y que debían llevar la leche a la central lechera. Con el corazón encogido, me empezaron a saltar algunas lágrimas, no pude aguantar más y me asomé con cuidado por una esquina del carro, allí estaban mi madre y Antonia, llorando, abrazadas y sin pensarlo me abracé a ellas, estuvimos un buen rato. A esto es lo que llamo yo afecto, imposible con un tetrabrik. A partir de entonces comenzó lo de blanco y en botella leche.

Y si retrocedo a mi más tierna infancia, en aquel pequeño pueblo del Pirineo Aragonés, la leche salía de las tetas de las vacas, si, ya sé, les llaman ubres, pero para mí son tetas, un ternerito chupando de la teta de la vaca es exactamente igual que un bebé chupando de la teta de su madre, la misma ansiedad en ambos por la leche.

Pues ya veis, estos son los avances de la humanidad, y encima nos hacen sentir culpables de llenar el planeta de mierda……. ¡¡¡ ME CAGO EN LA LECHE !!!

9/11/2016, José Manuel

POR FIN JUBILADO



La de veces que habré soñado, y sobre todo los últimos años, con esta situación… JUBILADO… y por fin aquí estoy, en el Río Cinca, disfrutando de la libertad total, rodeado por todas partes de esa línea perfectamente recta y horizontal, que no tiene principio ni fin y cuya única misión es separar el mar del cielo. Y así pasan las millas y las horas y allí sigue impasible, el horizonte… el horizonte, y el Río Cinca, y yo… solos los tres… solos y libres… libres y solos.

El horizonte sigue ahí impasible e impertérrito, sin decir ni pío, cumpliendo estrictamente su misión de separar el cielo del mar o el mar del cielo. Te acompaña, sí, pero no te hace compañía. 

Y el cielo y el mar, ahí están los pobres, cohibidos y amedrentados por ese horizonte. Estos tan poco hacen compañía, pasan de ti totalmente, tan solo entretienen, a veces llueve, otras sale el sol, otras sopla el viento, otras calma total, y tú te acoplas, te entretienes y disfrutas, aunque en días como hoy, de encalmada total, miras a menudo el móvil, demasiado lejos, no hay nada de cobertura.

Y el fiel Río Cinca, este sí, obedece sin rechistar, gracias a él logras la sensación de libertad que durante años andabas buscando, por fin libre de ataduras, obligaciones, responsabilidades, mi barco y yo solos por fin.

Y mientras pasan las horas, y el horizonte sigue ahí, y el Río Cinca sigue con el ronroneo imperturbable del motor (y que no se pare) te das cuenta que estás solo, que te acompañan pero no te hacen compañía, que están ahí pero nada más y que la libertad también tiene mucho de soledad, porque a la libertad le falta el afecto que solo los seres vivos pueden dar y compartir, y aquí el único ser vivo soy yo, no hay nadie con quien compartir afecto. No sé quien dijo aquello de que el ser humano es libre por naturaleza, pero también sociable, problemática contradicción.

JE JE JE, no penséis que ya me he cansado, no, todavía no, es solo que fruto de la ansiedad me he precipitado, estas travesías largas hay que prepararlas  más pausadamente para disfrutarlas plenamente, no es lo mismo una travesía en solitario de un día que de diez. No sé como pueden cruzar el Atlántico en solitario, bueno, claro, porque no pueden volver.

No me hagáis caso, es solo que hoy es un día de calma chicha y ni tan siquiera llega el wasape, así que tienes tiempo para meditar y como soy un brasas, pues aquí estoy, escribiendo en el móvil.

4/10/2016, José Manuel

CARTA A UNOS LECTORES DE LASPUÑA



Esto de Internet me pilló un poco mayor, así que si no os importa, me gustaría permanecer en el anonimato de nuestro querido Río Cinca.

Como vosotros sabéis muy bien, en el Sobrarbe, la tierra y el agua, el agua y la tierra, es un solo ente, sin el cual la vida no tiene razón de ser.

A veces esa conjunción de tierra y agua, agua y tierra, se rompe como sucedió en mi pueblo, donde el río lo era todo, llegó a ser hasta su muerte, el pueblo desapareció bajo sus aguas, y no por culpa del río, por culpa del pantano, y al pobre río no le quedó otro remedio, que inundarlo todo.

Han pasado muchos años, y todavía se encoge el corazón, cuando ves todos tus recuerdos infantiles desaparecidos bajo las aguas. Al final y sin ningún rencor hacia nadie, en aras del progreso, fue mi única referencia, “Río CINCA”, una obsesión infantil.

Me imagino que ya sabéis de donde soy, MEDIANO.

Estaba situado al final de una especie de meseta, junto a Planpalacios, y acababa en un cortado de roca bordeado por el Cinca, sus casas quedaban colgadas sobre el acantilado, al estilo de las casas colgadas de Cuenca, la escuela de chicos daba a ese acantilado, desde las ventanas se veía toda la hoz que el río hacía alrededor del pueblo, chocando embravecido contra la roca, justo en frente el Barranco de La Usía, desagüe del valle de La Fueva, aguas abajo la chopera, y al final de ésta “El Entremón”, donde un puente de piedra, muy alto, el Puente del Diablo, unía las dos orillas, a veces de críos nos subíamos al pretil, y desde allí meábamos…, nos encantaba ver el chorrito caer hasta el agua…, y siempre pensaba, “este pis llegará al mar”.

Recuerdo una mañana en la escuela, cuando hacía unos días que los nabateros rondaban la chopera, en la hoz que el río hacía debajo del pueblo, donde había muchos remolinos y rápidos con rocas, y los nabateros trabajaban con gran riesgo y esfuerzo, los mirábamos desde las ventanas, saltar de unos troncos a otros, empujando con una especie de pértigas, para evitar que las nabatas chocaran contra las rocas, y para soltar los maderos que quedaban atrapados en ellas, cuando una gran conmoción turbó la paz del pueblo, un nabatero había caído al agua, los maderos habían aplastado su cuerpo, había muerto, debió ser en la primavera del 52 o 53, como mucho del 55, yo era muy pequeño, a los críos no nos dejaron bajar a verlo. Luego supe que era un nabatero viejo, al que el día antes de su muerte, allí en la chopera, donde descansaban al anochecer, y reían y contaban sus historias, no recuerdo porqué, quizá le pregunté ¿qué comes? Y sacó de su morral un trozo de tocino blanco, envuelto en un trapo, y con su navaja cortó una tira y un trozo de pan duro y me lo dio, me supo a gloria, nunca he podido olvidar aquel sabor ni aquel buen hombre, si algún día voy al Cielo lo buscaré, y le diré no te olvidé en toda mi vida.

¡Dios mío! Que dura debía ser la vida entonces, para que se le diera tan poca importancia, todos lloraron aquella vida, pero al día siguiente con su tristeza a cuestas, allí estaban de nuevo empujando y recogiendo madera en aquella chopera.

“Pasa la vida, como pasa la corriente, cuando el río busca el mar”. Me impactó este verso, en una canción de Raimundo Amador, tal vez porque para mí, ya ha pasado mucha vida, tal vez porque me crie a la orilla de este río, y una de mis primeras obsesiones infantiles, inculcada por aquellos nabateros de vuestro pueblo, fue ver como esa corriente llevaba al mar, o quizá por ambas cosas a la vez.

Sea como sea, lo cierto es que efectivamente, yo ya he pasado mucha vida, y los recuerdos, las emociones, los sentimientos…, se agolpan en mi mente, y en cuanto puedo suelto una de mis batallitas.

Me alegro que os gustara el relato, que es totalmente autobiográfico, con las distorsiones lógicas, con que esas emociones quedan grabadas en la imaginación de un niño de seis u ocho años, y que vuelven a tu mente con el paso de los años, al igual que en esa preciosa canción “Mermelada de moras” de la Ronda de Boltaña,

“Que el recuerdo vuelve tierno, hasta el pan duro de ayer”.

Gracias por vuestro interés y hasta siempre

5/07/2010, Río Cinca

ORDENADOR NUEVO



Sin soltura suficiente, pero al fin parece que ya puedo comunicarme, hay para escribir un cuento pero intentaré ser breve.

Haciendo caso al dicho de “año nuevo vida nueva”, he renovado todo el sistema informático, aparatos, programas, todo nuevo, en fin la casa por la ventana.
¡¡¡mecagoentodolocagableyenmisombramilveces!!!

UN CAOS, no funciona nada.

ATENCION: si fuiste tan idiota de comprarte el Office 2003 legalmente, y te cambias de ordenador, ya no lo puedes volver a instalar, debes comprarlo de nuevo y vale una pasta, “Moraleja” intenta por todos los medios conseguir uno pirata, te funcionará siempre.
¡¡¡sigocagandomentodolocagablemilveces!!!.

Si te crees que por tener tu  “BACKUP”, tienes salvada toda la información, eres hombre muerto, je, je.

Y del “INTERNETE” ni os cuento, imagino que todos tendréis eso de “¿Recordar contraseña? SI”.

Pues va a ser que no, el ordenador nuevo no la sabe, y el viejo, como se siente humillado, no te la quiere decir, y como tú estás tonto y no la recuerdas…, después de muchos intentos fallidos, entras en “¿Olvidó contraseña? SI”
¿Su primer coche?
CITROEN
Su respuesta no es válida. Inténtelo de nuevo.
Citroen
Su respuesta no es válida. Inténtelo de nuevo.
citroen
Su respuesta no es válida. Inténtelo de nuevo.
CITROËN
Su respuesta no es válida. Inténtelo de nuevo.

Comienzo a notar que mi corazón se acelera; que mi respiración se hace forzada, noto salir el aire a través de los agujeros de la nariz más denso, con fuerza, caliente, casi quema; mis mandíbulas están prietas, noto hasta los empastes, alguno está apunto de estallar; mis ojos se han entornado, comienzo a ver turbio; mis manos se han cerrado, los puños se encrespan, las uñas se clavan en las palmas de la mano. Estoy a punto de dar un puñetazo a la pantalla, eso sí pantalla TFT de 19”.

Intento encender un cigarrillo, pero… si no tengo, hace cuatro años, tres meses y 21 días que no fumo, y además está prohibido, no voy a empezar otra vez. Me levanto, cojo un baso, unos cubitos de hielo, la botella de whisky, no puedo más y bebo directamente de la botella, a morro, solo un trago, UUFFFFF!!!

Ya estoy mejor, me siento de nuevo ante la pantalla, lo vuelvo a intentar.
Citroën
Su respuesta no es válida. Inténtelo de nuevo.
citroën
Su respuesta no es válida. Inténtelo de nuevo.
Dyane
Su respuesta no es válida. Inténtelo de nuevo.

Me levanto de nuevo, recojo la botella de whisky, no sea que me emborrache que ahora no tengo tiempo, hace casi 15 días que no abro el correo, que no puedo iniciar sesión en las webs de las que soy cliente, el ordenador viejo se lo di a un amigo, previo borrado de casi todo.

¡¡¡Tranquilidad!!!, mi primer coche fue un Dyane 6, una especie de “2 cv” moderno, lo recuerdo perfectamente, color azul cielo, ¡¡¡claro falta el “6”!!!.
Dyane 6
Su respuesta no es válida. Inténtelo de nuevo.
Dian
Su respuesta no es válida. Inténtelo de nuevo.
Dian 6
Su respuesta no es válida. Inténtelo de nuevo.
Dian seis
Su respuesta no es válida. Inténtelo de nuevo.

Esto es superior a mí, ¿qué contraseña pondría?, ¡¡¡la madre que lo parió!!!, y el coche…, seré capullo ¿que coche pondría?, igual puse Mercedes por presumir.
¡Joder!, ¡joder!, ¡joder!

No puede ser, todavía recuerdo hasta la matrícula, y aquellas calcomanías en el portón del maletero, un pato grande seguido de tres patitos amarillos, “precioso”, una premonición, luego me casé y tuve tres hijos, que tiempos aquellos, sin informática, sin teléfono móvil, con la TV en blanco y negro, escribiendo cartas a la novia con papel y BIC.

¡Ahora caigo “los patitos”!.
“PATITOS”, ¡¡¡Bingo!!!, ya está, me siento un héroe, como los de las películas cuando intentan entrar en el ordenador de la NASA o el FBI .

Moraleja, no pongáis contraseñas absurdas, cuando se va llegando a cierta edad, se olvida uno de todo.

Y la firma electrónica de Hacienda tampoco va, y el 20 está al caer, lo tendré que hacer a mano y llevarlo directamente, pues me dicen que si cambias el ordenador hay que pedir nueva firma, no sirve la que tenías.

Y no digo nada del ADSL, y el router, y el viriles, y el wifi que no se si tendrá algo que ver con el yogur ese de los bifidus activos.

Como dice un amigo de la juventud, “¿no te habrás confundido y habrás pedido una línea LSD, en lugar de ADSL, como en nuestra época hippie?”.

Un consejo, año nuevo, informática nueva, ¡¡¡NI SE OS OCURRA!!!.

17/01/2006, José Manuel